Las generaciones históricamente transmiten sensación de inmovilismo, el simple dato de la fecha de nacimiento impone pertenecer a una u otra y ya nunca más se podrá salir de ella, ni por mucho que nos mezclemos con los de otras; la forma de pensar, los gustos e ideas quedan configuradas por el momento en que nacimos y por los desarrollos o retrasos que surgieron durante nuestra infancia. Pero mezclarnos, nos mezclamos, vivimos un cambio de generación. La nueva generación Z ya está inmersa en el entramado empresarial, tanto como empleados como como consumidores y toca adaptarse a ellos sin dejar de prestar atención a los anteriores. Por tanto, para conocerlos un poco más (estemos en el rango que estemos) hay que prestar atención a sus características globales aunque no deja de existir cierto eclecticismo.
La Generación Z son los más jóvenes, los nacidos a partir de 1995, aquellos que tras carreras universitarias de cuatro años empiezan a formar parte del entramado laboral y, como consecuencia, comienzan a afianzarse como consumidores. Han crecido en época de crisis y son conscientes de ello por lo que dicen que se trata de un target realista. En su filosofía como empleados se asemejan a su generación predecesora optando por el emprendimiento y por carreras que pasarán por diferentes empresas.
En el mercado actual los más reconocidos por su innovación y porque han entrado pisando fuerte son los Millennials o Generación Y, nacieron entre 1980 y 2000 (centrando el dato en los países desarrollados), viven en el hogar familiar más años que sus ancestros y destacan por estar siempre conectados. En lo laboral, el dato que mejor define su relevancia es que en 2015 serán el 75% de la fuerza de trabajo. Y se adaptarán a ello manteniendo sus premisas entre las que se encuentra la ropa informal, evitar el presencialismo y un buen ambiente apostando también por emprender. Como clientes no se atan, prefieren las tarjetas de débito y el efectivo, por lo que el precio es un atractivo; y entre sus gustos para las compras destacan lo relacionado con la salud y el bienestar relegando otros sectores como la automoción.
Antes de ellos llegó la Generación X, aquellos nacidos entre principios de la década de los ´60 y 1980 y que, aunque no hayan nacido conectados se sienten cercanos a Internet, especialmente en el entorno laboral. Entre sus intereses en el empleo la conciliación laboral, la transparencia y el trabajo en equipo, no sienten esa individualidad de generaciones posteriores. Como clientes valoran lo personalizado, cuidan su dinero y están acostumbrados a compararantes de comprar productos y servicios.
Para completar las generaciones que actualmente están presentes como empleados finalizamos con los Baby Boomers que identifica a los nacidos entre 1946 y 1965. Una generación que cuida a la vez de padres e hijos y que se perciben como personas muy comprometidas con su trabajo y analíticos. Son importantes como consumidores por su gran número y aun inalcanzables desde el marketing digital porque contactar fácilmente con la empresa es un punto muy valorado por ellos.
El enfoque “multigeneracional” es la premisa con la que enfrentarse a la realidad social en la que las generaciones surgirán y morirán repitiendo comportamientos e innovando al mismo tiempo.